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domingo, 1 de diciembre de 2013

SI FUESEMOS MENOS IMBÉCILES Y MÁS EGOISTAS

Invertiríamos más en la Tercera Edad, exigiríamos políticas más “solidarias”, “más justas” con los mayores, con los, porqué no llamarlos, “ancianos”.
Porque, si tenemos suerte, todos llegaremos a esta etapa de la vida que ahora significa volver a penurias económicas y servicios que muchas veces conllevan una carga de falta de respeto y trato denigrante que no queremos para nosotros.
Si se me permite soñar, sueño con unos presupuestos que permitan abandonar el sistema de residencias, casi sinónimos de servicios sanitarios-hospitalarios, “cementerios de elefantes”, en los que se “mantienen” a los residentes o se las trata como niños pequeños, se le infantiliza, sin capacidad de decisión. Y eso en el mejor de los casos, pues también nos podemos encontrar con personal nada cualificado que ni saben, ni saben hacer, ni quieren saber, ni tienen la sensibilidad o capacidad humana de empatizar o respetar.
Si se me permite seguir soñando, sueño con una residencia que no lo parezca, que se confunda con un barrio de mayores, con calles peatonales y en la que los bloques residenciales, pseudohospitalarios, se cambien por apartamentos adaptados que permitan compatibilizar toda la independencia posible (modificando en lo mínimo la vida anterior al acogimiento) con medidas de seguridad y de asistencia sanitaria que permitan al residente vivir sin sobresaltos y con el apoyo social que demanda.
Si se me permite soñar, ser egoísta, quiero que se me trate como un adulto y no como a un “retro-niño” por el hecho de dejar mi casa de alquiler y vivir en una residencia.
Sé que tarde o temprano no recordaré, estaré desorientado e, incluso, ya me importará un bledo el resto del mundo, pero hasta entonces quiero (y lo hago como la voz del que ya es anciano) que me traten como una persona adulta, digna, capaz.
No nos engañemos podemos ponernos prótesis mamarias, tratamientos de botox, proteínas, sesiones de gimnasio… pero al final nos vencerá la edad y nos llenaremos de arrugas y artrosis, por no citar la maldita demencia.

Así que seamos menos imbéciles y más egoístas.

martes, 24 de septiembre de 2013

VIAJAR

Antes de la partida.
Sin duda el mejor viaje es el que va creciendo en nuestra imaginación porque está libre de limitaciones temporales y, sobre todo, económicas.
En nuestra mente siempre elegimos el día más soleado cuando planeamos ir a la playa y nieva justo antes de subir a la estación de esquí, nunca se nubla en las puestas de sol y no nos olvidamos de llevar el paraguas cuando damos un paseo romántico por la orilla del Sena.
Preparar el viaje es una meta en sí: decidir que ropa llevaremos, rescatar las botas de montaña del armario, rellenar el botiquín, recontar los sellos de nuestro pasaporte, realizar anotaciones, comprar “tiritas” y las pilas, dormir en el “saco de dormir”… para ir acostumbrándose…
El viaje, los viajes nos llenan de placer incluso aquellos que no llegamos a hacer porque el haberlos imaginado es de por si una actividad gratificante que nos enriquece.
No sé cual será mi próximo viaje, pero he salido a la calle con el “mono” de comprar un cuaderno para anotar las impresiones de mi periplo, como sucedáneo de lo que puede ser desplazarse en el tiempo y, sobre todo, en el espacio.
Desgraciadamente la cámara de fotos y de video nos esclavizan. Nos pasamos parte del viaje con un ojo cerrado y con el único objetivo de capturar, de robar imágenes para llevarnos perdiendo el instante único, lleno de sensaciones que, al menos por ahora, estos avances tecnológicos no pueden reproducir: olores, temperatura… y sentimiento. Hay que estar allí para entenderlo.
Es imposible haber leído a Tintín y a Julio Verne y no engancharse al placer de viajar.

Equipaje para un viaje de trabajo.
Si uno se propone ir al Amazonas, subir al Himalaya o viajar a un país exótico de turismo, sin duda, se esmerará en preparar el equipaje e incluirá en él mismo accesorios diversos que cubran cualquier eventualidad. Sin embargo, si el viaje es clasificado “de trabajo”, la tarea de llenar la maleta se relaja limitándose, la mayoría de las veces, a pensar qué corbata va con las camisa elegidas.
Esta despreocupación se paga casi siempre con problemas e incomodidades. Si bien no llegan a ser tan importantes como olvidar el piolet para escalar una montaña, no contar con repelente de mosquitos en el Trópico o el antídoto para la mordedura de  la serpiente esmeralda en plena selva, puede ocasionar la pérdida momentánea de placeres que nos proporciona el viaje.
A la hora de ir “recopilando” los enseres que uno va metiendo en la maleta para ese viaje de trabajo, deberíamos tener presente algunas consideraciones.
Un primer apartado se centra en los medicamentos a los que recurrimos en casa ante ciertos síntomas o enfermedades a los que somos propensos. Omnipresente, y encabezando la lista, se encuentran los analgésicos-antipiréticos para esas jaquecas inoportunas que comienzan a “darse a conocer” a mitad de  reunión o camino de la misma. Los demás productos de botica se adaptarán a nuestras necesidades. Cada uno sabrá si puede precisar de la pomada para las hemorroides, el antihistamínico para la alergia primaveral o el antiácido para después de las copiosas cenas de negocio.
Otro consejo es que en los bolsillos de nuestra chaqueta o el maletín de mano no falten los siguientes productos:
Algún tentempié (dulce y/o salado) para callar al estómago en esas reuniones inacabables o durante el paseo por las calles o simplemente, para no sentir “ese desconsuelo”. Unos frutos secos o unos caramelos son suficientes… que decir de una barra de chocolate.
Toallitas refrescantes, mejor si son perfumadas y si contienen desodorante. Las calefacciones a tope hacen que “nos de miedo” acercarnos a otros seres olfativos.
En el mismo sentido me atrevería a aconsejar que se prescinda de jerséis de cuello alto que, si bien en las calles durante el invierno pueden ser cómodos, en una sala llena de personas y con la calefacción despilfarrando kilovatios se convierte en el centro de nuestra preocupación.
Por último, y seguro que olvido muchos, aconsejo que nos hagamos con una de esas almohadillas hinchables para el cuello que facilitan nuestro descanso (y alguna cabezadilla) durante el vuelo o el trayecto en autobús o tren.

Viajar, el placer que se va perdiendo, la desmitificación de los viajeros o la democratización (masificación) de los tours.
Ya no es necesario viajar para poseer objetos típicos de zonas remotas, no es necesario ir a China para comer rollitos de primavera ni llegar a Kenia para adquirir una máscara tribal o a Rusia para disfrutar del caviar. Ahora vamos al restaurante de la esquina donde hacen un cuscús mejor que el que probamos en Marrakech, acudimos a El Corte Inglés en su semana temática o nos acercamos a la tienda de Delicatesses y nos llevamos un caviar de Beluga recién enlatado.
Ya no merece la pena ir realizando fotos que capturen las escenas “únicas” en el rincón más perdido… seguro que encontramos centenares similares en Internet.
Nos queda el trato con la gente aunque ni siquiera éstos son los que eran: ahora hacerle una foto a una representante indígena de los Kuda de Panamá te cuesta unos dólares y el pelícano de Mikonos está amaestrado.
¿Para qué viajamos entonces en lugar de quedarnos fresquitos en el sofá del salón viendo un documental de National Geographic sobre las Islas de Pascua o sobre la comida tradicional de las tierras altas en los que veremos más de esos lugares que si vamos siguiendo las indicaciones de una guía? Pregunto: ¿Habéis sido capaces de hacer una foto en Dubrovnik sin que aparezca una riada de turista?, ¿Habéis llegado al Chiluca o al albergue de “Alí el Cojo” frente a las dunas del Merzouga sin hacer reserva y habéis conseguido habitación?, ¿Habéis estado en el glaciar Briksdal y os habéis encontrado con un grupo de catalanes bailando salsa de grupo?
Te preparas un chocolate, un café o un mojito y enciendes el televisor: no hay cancelaciones de vuelo, huracanes, secuestros exprés o atentados terrorista.
¡Qué tentación la de convertirse en “e-viajeros” o viajeros virtuales! La Tierra se ha quedado pequeña (si Livingston levantara la cabeza…), cada vez es más difícil decir aquello de “una tierra que no había sido pisada anteriormente por el hombre… si hasta en la isla de Robinson Crusoe han montado un chiringuito.
Quizás el futuro sea el “viaje interior”, donde lo importante no sea lo lejos que uno viaje sino la experiencia que te traigas a la vuelta lo que llamaríamos “lo intangible”. Yo distingo entre viajes para ver y viajes para hacer (aparte de los que hago con mi cuñado que son gastronómicos). En los primeros paseo y observo (suelo terminar saturado de piedras, pero me encanta esas vidrieras, esas puertas, esas callejuelas). En los segundo, intento poner a prueba mis limitaciones (cada vez más). Buceo, vuelo en globo, rafting o senderismo. Creo que cada edad puede encontrar una actividad (hace unos años, unos franceses jubilados me adelantaban en el Camino de Santiago). A estos dos tipos de viajes pueden sumarse los que aprovechamos para conocer gente (los países sudamericanos son perfectos para ello, pues sus gentes son abiertas y conversadoras), o en los que nos centramos en observar y escuchar a gente (el Camino de Santiago en solitario es un ejemplo).

Sea como sea, viajar sigue siendo una actividad que nos cambia, nos hace madurar y percatarnos de que no somos el ombligo del mundo.

martes, 10 de septiembre de 2013

Mujeres ejemplo

Dedicado a las mujeres que hacen de su vida un ejemplo y, en especial, a mi madre, María del Carmen Millán, que falleció cuando estaba terminando este artículo.

Mª Teresa Campos, Neymar, Lady Gaga, Marie Sklodowska, José Javier Vázquez, Aznar, Belén Esteban… ¿A que adivino que nombre no reconoce?, ¿Y si les digo que Marie Sklodowska es conocida por Marie Curie? Muchos exclamarán “¡Ah, ya!”, pero incluso ahora, muchos, demasiados, no sabrán de quien hablo y casi todos desconoceremos casi todo de esta extraordinaria mujer, lo que no es más que un caso más de lo que suele ocurrir con la figuras realmente importante de la historia, de las personas que nos han hecho llegar hasta aquí, de las personas que con sacrificio y devoción aportaron su grano (su montaña) de arena para que vivamos con calidad, de las personas que, aunque no lo sepamos, nos salvan la vida cada vez que nos ponen un vacuna o usan una técnica quirúrgica.
En estos días estoy leyendo un libro sobre biografías ¡Qué lástima que se haya perdido la costumbre de mandar a los alumnos que buscasen y conocieran la vida de  personajes históricos! Algunos argumentan que, teniendo internet como herramienta, queda anticuado e innecesario memorizar la vida de estos personajes. Pero es que yo no estoy hablando de memorizar, sino de usar como ejemplos y, de algún modo, de rendirles homenaje. Se trata de que en la mente de los jóvenes que están decidiendo que quieren hacer con su vida, se les muestre algo distinto al todo vale y lo importante es “la pasta”.
También  se ha perdido la costumbre de hacer películas sobre la vida de personajes como Pasteur, Edison, el matrimonio Curie o Ramón y Cajal (qué gran serie). Ahora hacemos una miniserie sobre Mario Conde.
Pero dejo de quejarme o, quizás, no.
Quiero hablar de Marie Curie. Si tuviese que elegir un personaje relevante para la humanidad, esta mujer estaría entre los primeros. Esta elección no se debería sólo a su más que loable y abnegada carrera científica y sus logros, sino a su calidad humana.
Feminismo. Lo que hizo esta mujer sí que fue feminismo.
Humanismo. La vida de esta mujer sí que fue un ejemplo de filantropía.
En un mundo en el que los escándalos relacionados con el egoísmo saltan a diario, se hace más impresionable que ella, junto a su marido, rechazar patentar el radio y hacerse con ello multimillonarios.
En un mundo en el que personajillos se mueren por salir cinco minutos en los medios de comunicación, se hace más que significativo que el matrimonio Curie rechazara asistir a recoger su primer Nobel huyendo de actos sociales que les quitase tiempo de sus investigaciones.
María Curie fue la primera profesora de la Sorbona y fue rechazada  como miembro en la Academia de Ciencias de Francia por ser  mujer y porque los miembros de este organismo mostraron ser estúpidos.

Bárcenas, Jesulín de Ubrique, François-Marie Arouet, Rocio Jurado, Kiko Rivera, Mette-Marit,  Zapatero… ¿A que adivino que nombre no reconoce?

jueves, 5 de septiembre de 2013

100 millones de verdades absolutas


Cuando éramos pequeños existían verdades inamovibles, incuestionables: Los del Séptimo de Caballería eran buenos (además de llegar siempre a tiempo), los “japos” eran malos, los médicos eran sabios, los rojos masones eran… pues eso, Franco era un señor que había hecho una cruzada para salvarnos, los conquistadores españoles de las Américas eran valientes y aguerridos, lo que decía el padre iba a misa (para eso era el padre). El mundo era simple, amable.
Luego nos hicimos mayores y descubrimos que el General Custer era un exacerbado asesino de justos indios, vimos Apocalipsis Now, los rojos pasaron a ser buenos (honrados y los únicos sufridores de la Guerra Civil), pillamos a nuestros padres en contradicciones, Pizarro resultó ser un masacrador de culturas y Franco… pues eso. Ya en nuestro siglo nos convencieron de las armas de destrucción masiva que, además resultaron ser invisibles y nos convencieron de la necesidad de una guerra preventiva. Una detrás de otra. Aún andamos detrás de la posible conspiración del 11-M…
La verdad se ha relativizado, depende del medio consultado y del portavoz que la describe. Nos han engañado tanto con verdades a medias que, como dice Sabater, «La fe no es sólo, como dice el catecismo, "creer en lo que no vemos", sino sobre todo "no creer en lo que vemos"». La VERDAD ya no existe, hemos dejado la inocencia, hemos perdido la virginidad moral. El mundo se ha complicado. Con la libertad, esa libertad de la que Manuel Azaña dijo que no nos hacía felices, sino hombres, llegaron las complicaciones, porque la libertad es, sobre todo, responsabilidad y eso, como ya dedujo Fromm, asusta.
Vivimos sumergidos en ese miedo, alimentado por el bombardeo de noticias difusas en las que no nos da tiempo a profundizar. No nos fiamos de lo que dice nadie, porque hemos ido descubriendo que cada uno describía el asunto como le convenía. Y eso es caldo de cultivo para los salvamañanas, para los iluminados que te prometen liberarte de esa carga que se llama libertad a cambio de simplificarte el camino.

Frente a interpretaciones sobre el caso Bárcenas y su si/no complicidad de Rajoy, frente al caso Urdangarín y su si/no implicación de la Casa Real, ante el caso de los ERES y su si/no participación de la Junta de Andalucía, ante la capacidad de decisión de decidir si son justos los desahucios, o si los del SAT son Robin Hood o simples vándalos (pobre Robin Hood), la promesa de un mundo donde los del Séptimo de Caballería son los buenos. TENTADOR, pero preguntémonos a cambio de qué.

viernes, 30 de agosto de 2013

Caza de brujas.

Advertencia: Escribo estas reflexiones a pesar de que sé que son políticamente incorrectas. Sé, de antemano, que estas opiniones me traerán críticas mordaces, que se me encasillará en lo que no soy, que se me expulsará de muchos círculos. Tal es la tendencia en este país. O estás conmigo, o estás contra mí. Seguimos con las dos Españas del maestro Machado. Sólo pido una cosa: seguramente yo esté equivocado en muchas de las opiniones que expreso, pero, como dijo Jaques Deval “El hecho de que tu enemigo esté equivocado no significa forzosamente que tú tengas razón”. Piensen en ello cuando se preparen para rebatirme.
Hace unos días, en no sé qué periódico, veía un anuncio de loterías que no entendí muy bien, pero que estoy seguro no me incitó al acoso sexual ni a frivolizar sobre la violencia contra las mujeres y, creo que, tampoco ha incitado a mi mujer a comportamientos de sumisión”.
Sin embargo, ayer leo que dicho anuncio, que tampoco me provocaba ganas de comprar lotería, ha sido retirado a petición de la Fundación Mujeres por ¡sexismo!
  
Anuncio televisivo de Loterías retirado por denuncia de contenido sexista http://www.20minutos.es/noticia/1904503/0/publicidad/polemica/sorteo-loterias/

 Y yo me pregunto si había un solo hombre que había interpretado subconscientemente el slogan del anuncio con connotaciones sexuales. ¿Tan retorcidos creen estas personas que son los hombres?, ¿Y si ese 1 se lee como “una”, en lugar de “uno”?
Por otro lado me parece hipócrita una postura  que alude a la igualdad y trata de forma desigual (basándose en la discriminación positiva) la interpretación de los mensajes. Me explico: ¿Se ha denunciado alguna vez un anuncio donde se trate al hombre como objeto de deseo o se le presente como estúpido? Como las meigas, haberlos haylos. Por ejemplo, ¿recuerdan Uds. un anuncio de electrodomésticos en el que el hombre no era capaz de encender un electrodoméstico y los hijos y la mujer (ejecutiva que llegaba de su trabajo) pulsaban un botón y miraba al marido con expresión de “Anda, tonto, ves que fácil”?, ¿Se imagina si un hombre en el trabajo bromeara con eso de “los hombres somos capaces de hacer dos cosas a la vez”?, ¿Recuerdan el anuncio protagonizado por Carmen Maura de colchones flex en el que aparecía rodeada de hombres semidesnudos (objetos de deseo)? Y ahora, se imaginan estos anuncios pero al revés.

Anuncio televisivo de colchones FLEX en el que la actriz aparece rodeada de modelos masculinos con el torso desnudo que reflejan el objeto de placer de la protagonista. http://www.youtube.com/watch?v=AaOywEFE7ds

Pondré otro ejemplo: Electrodomésticos SIEMENS. En el anuncio el marido comete un fallo y encoge una prenda de vestir de la mujer, ella llama por teléfono y solicita “quiero cambiar” a continuación aparece un comando que… se lleva al marido y lo cambia por otro.
Pues nadie se ofendió, ni nadie denunció la publicidad de feminista o denigrante para la figura masculina. No se retiró el anuncio, nadie se rompió las vestiduras.



Anuncio televisivo de SIEMENS en el que se cambia al marido por no saber usar la lavadora. (http://www.youtube.com/watch?v=F_9abjYcOIU)







A nivel local, la caseta de la feria del PSOE retira un anuncio en el que aparecía Miriam Sánchez (más conocida como Lucía Lapiedra, exactriz porno) desnuda (en una pose en la que no se le veía “nada”) con la frase “Miriam Sánchez. Consigue tu foto con ella”. No se hablaba de servicios sexuales, ni se enseñaba nada que no se pueda ver en una revista o película en horario nocturno. Pero varias asociaciones de mujeres han denunciado la publicidad como sexista (http://www.larazon.es/detalle_normal/noticias/3435901/sociedad/un-gancho-sexista-para-la-caseta-del-psoe-en-m#.UiBhHTb0E7c). Y el PSOE se ha sumado (lo políticamente correcto) a tal calificativo, alejándose de la decisión de marketing del empresario. ¿Se imaginan que en la transición un partido de derechas hubiese secuestrado la portada del Papus porque apareciera una mujer desnuda anunciado que dentro (de la revista) se encontraba un poster?, ¿nos echamos las manos a la cabeza por que las mujeres musulmanas llevan un burka, pero censuramos un anuncio de este tipo?, ¿se censuraría de sexista si la foto fuese de un boy con el torso desnudo o de un triunfito o de un granhermano?


         
Anuncios del espectáculo de la gogó Lucía Lapiedra  y del boy Noel en una caseta de la feria de Melilla.






Se trata de una caza de brujas. De ver donde quizás no haya. ¿Por qué si a una mujer se le halaga diciendo que es inteligente lo acepta como un cumplido y si se le dice que tiene un cuerpo precioso, lo ve como un insulto?, ¿se imaginan que a un joven “tableta-de-chocolate” unas quinceañeras (y treintañeras) le gritan “macizo”, “tío bueno”, este se ofendiera?







¿Cómo debe ser el anuncio de una gogó para que no sea machista?, ¿Por qué si en un anuncio aparece un hombre haciendo el papel de tonto o con un físico negativo (p.e. gafas culo de botella, barriga saliéndose por la camiseta) se califica de gracioso y si sale una mujer en ropa interior se tilda de ofensivo?

Con estos actos, el verdadero feminismo, la verdadera causa de la mujer, pierde argumentos al convertirse en un movimiento tan extremo y sinsentido como el machismo, con el agravante de escudarse en una falsa “causa por la igualdad”.
P.D.: Mientras escribo estas letras, el empresario melillense ha publicitado en el mismo medio (Melilla Hoy) un anuncio similar al censurado. En esta ocasión aparece un boy con el torso desnudo. A la imagen lo acompaña el nombre del modelo y la frase “consigue tu foto”. ¿Se denunciará por sexista este caso?


miércoles, 28 de agosto de 2013

Gestión e intervención psicológica en emergencias y catástrofes

Un libro basado en la práctica profesional nunca puede darse por acabado. Eso es lo que ocurre con este manual que comenzó siendo unos breves apuntes allá por 1997 y ha pasado por varias ampliaciones. Finalmente, eran tantos los temas, experiencias y contenidos nuevos que se hizo necesario reorganizarlo y crear una nueva obra.
El autor presente que todo profesional que forma parte de los distintos equipos humanos que intervienen en el campo de las emergencias / catástrofes (Incidentes con Múltiples Víctimas) encuentren en esta obra unas recomendaciones que guíen y faciliten su labor.
La organización del manual es, en lo posible, temporal, comenzando por aspectos para aplicar antes de que ocurran las emergencias, pasando a las actuaciones necesarias o posibles justo después de ocurrido el evento y finalizando con funciones a realizar a largo plazo. La obra no se limita a la intervención individual, sino que abarca los aspectos relacionados con la gestión y la organización de los equipos y organizaciones intervinientes conteniendo un apartado especial sobre el apoyo psicológico a los propios intervinientes.


Se tratan temas como la comunicación durante el rescate, el apoyo a familiares supervivientes, la actuación frente a posibles suicidios, la gestión de la comunicación a la población, la evacuación de lugares públicos, los trastornos psicológicos que suelen vincularse a la experiencia traumática... Todo desde una perspectiva práctica, sin usar más contenido que el preciso y salpicando de noticias aparecidas en prensa y experiencias propias que ilustran  y justifican las recomendaciones propuestas.
SI HABÉIS LEÍDO EL LIBRO, ME GUSTARÍA QUE ME COMENTASEIS QUÉ OS HA PARECIDO Y EN QUÉ PUEDE MEJORAR O SI LE FALTA ALGO. GRACIAS.

martes, 27 de agosto de 2013

Estimado hijo: la herencia que te dejo

HERENCIA
Estimado hijo:
Con las letras que siguen voy a intentar aclararte algunos porqués que sueles hacerte sobre las exigencias y las negativas que te hago en nuestro día a día.
Los padres vivimos con el miedo de que nuestros hijos no lleguen a ser lo que nosotros quisimos ser. Intentamos vivir en nuestros hijos nuestros sueños, nuestras ocasiones perdidas. Por ello, casi siempre, elaboramos una hoja de ruta que nos de seguridad.
Quizás lo primero que debo decirte es que todos nuestros motivos de discusión se deben a la “herencia” que quiero dejarte y que, a su vez, a mi me dejaron mis padres.
Para empezar te daré unos consejos que yo intento aplicar a mi vida y que creo son la mejor herencia, el mejor capital, que puedo dejarte. En cierta ocasión leí que no debíamos preocuparnos tanto por el mundo que dejábamos a nuestros hijos, sino por los hijos que dejábamos a este mundo[1].
Si en algo me gustaría que me hicieras caso en que seas fiel a tus valores, sean cuales sean.  Tener ideales es fácil, vivir conforme a ellos es lo difícil. Si logras acercarte a esta máxima tu vida habrá valido la pena, aunque, como le ocurrió a Voltaire, estará llena de problemas.
Te he dicho, para empezar, que la herencia que te dejo es la que me dejaron a mí mis padres. Te explicaré en que consistió ésta que, como sabes, no se basó en lo pecuniario. Lo primero fue el ejemplo. Mi madre siempre estuvo junto a la cabecera de la cama cuando estábamos enfermos, sin desfallecer, sin quejarse, en silencio. Mi padre nunca rechazó un trabajo y nunca aceptó nada que no se hubiese ganado con su sudor. No he conocido a nadie más honrado. Nunca abandonó un problema encontrando al final la solución, una solución creativa, casi mágica. Así que echa en la cesta de la herencia este primer bien: el ejemplo de sacrificio, honradez y valentía.
Las siguientes “propiedades” que te dejo son para que seas feliz y me las proporcionó un tal Confucio, que vivió en China hace muchos años. Te resumiré estos trucos para ser feliz acuñando algunas de sus máximas:
Elige un trabajo que te guste y no tendrás que trabajar ni un día de tu vida”.
“Solo puede ser feliz el que sepa ser feliz con todo.”
Exígete mucho a ti mismo y espera poco de los demás. Así te ahorrarás disgustos”.
Aprende a reirte de tí mismo, oféndete con menos cosas y ofende menos.

Sé positivo, intenta agradar la vida a los que te rodean, quiere para ti lo que no quieran los demás… y siéntete orgulloso por ser tan fuerte. Que cuando llegue la hora de irte de este mundo no te avergüences de nada de lo que hayas hecho o de lo que no hayas llegado a hacer.
Y esto último me lleva a otra parte de mi herencia: VIVE, vive todo lo que puedas sin llegar a hacer el mal a otros o a ti mismo. No busques soluciones fáciles. VIVE. Llena tu vida de experiencias y sabiduría. Viaja, aprende, escucha… No seas un libro lleno de hojas en blanco, carente de valor para ti y para los demás. VIVE, a pesar de que ello pueda conllevar sufrimiento, es parte de la vida. Vive, conoce otra gentes, otras culturas, aprende de ellas lo que tienen de bueno. Vive, aprovecha el tiempo. La vida es un pasillo que sólo se recorre en una dirección de manera que si no abres una puerta y miras el interior de la habitación cuando pasas junto a ella, ya no podrás hacerlo después… y el recorrido cada vez es a mayor velocidad. Vive y acepta, como dijo Jack Higgings que “con frecuencia no somos nosotros quienes vivimos la vida. La vida nos vive a nosotros. Ya lo aprenderás cuando seas más viejo”. Me habrás escuchado decir muchas veces desde el accidente que” no dejes para mañana lo que puedas hacer hoy, no porque lo puedas hacer hoy, sino porque no sabes si podrás hacerlo mañana”. Si hay un recurso agotable en nuestro mundo, ese es el tiempo. Por ello, debe ser lo que menos malgastemos.
Pero no te engañes, esto que acabo de decirte no debe ser una excusa para hacer lo que uno quiere cuando uno quiere. Todo lo que hagas debe tener un fin, el que tu elijas entre los que son honorables, un fin que te sirva para ser un hombre, para tener la excusa de haber vivido, para madurar, y no olvides que madurar no significa hacer las cosas cuando uno quiere, sino cuando uno debe.
Es hora de volver a tus abuelos, mis padres. Más importante que lo que me dieron es lo que no me dieron, lo que me “forzaron” a conseguir. Muchas veces me has oído contar las tardes, las jornadas interminables, trabajando con tu abuelo. Viendo como canturreaba mientras miraba una pieza de metal, madera, cemento o plástico para descubrir qué debía hacer y cómo solucionar los problemas que le planteaba el trabajo. No cambiaría por nada esas jornadas, ese aprendizaje (y eso que en su momento no veía el momento de salir del trabajo e irme con los amigos). Ni él ni tu abuela me regalaron nunca nada que no fuese intangible: respeto, cariño (a borbotones). Heredé ropa de segunda mano de mi hermano, utilicé prestado materiales de otros para mis estudios (dibujo técnico), tuve que ahorrar de lo que ganaba en los trabajos para comprar mi primera bicicleta (por cierto, de segunda mano) que luego vendí para comprar mi primer chandal. Nunca tuve un “aparato de música” hasta que comencé a dar clases particulares y sí, cuando a tu abuela le toco “un pico” en la lotería, me compré un coche de segunda mano (hasta entonces usaba el SIMCA de mi padre cuando él no lo usaba).
Mi madre me enseñó a no malgastar, mi padre a admirar el trabajo manual (nunca me verás discutir lo que intenta cobrarme un mecánico, fontanero o albañil, si es que no hago el trabajo yo mismo).
Creo que cada vez que uso el destornillador, reparo un electrodoméstico o construyo un mueble, estoy homenajeando a mi padre. Ese es el mayor tributo que puedo hacerle y sé que él se siente orgulloso de ello.
No tengas miedo a equivocarte, pero tampoco tengas vergüenza en reconocerlo, eso es un signo de madurez, de sabiduría. El que tiene miedo al fracaso, fracasa. El fracaso no es no alcanzar la meta, sino no haberse esforzado por llegar. Si lo has dado todo, no te importarán las críticas.
Esta carta podría rellenar libros y siempre me faltaría algo que querría decirte. Te dejo mi herencia, un amor que hasta que uno no tiene un hijo, no sabe que existe. Usa este amor como base, pero no te aproveches de él, ni te excuses en él. Úsalo aunque no lo comprendas ni llegues a apreciarlo, lo harás cuando te conviertas en padre. Guarda esta herencia, intangible, a buen recaudo. Es, aunque no  lo creas, el mayor bien que puedo ofrecerte y cuando no comprendas algunas de mis decisiones, piensa que se deben a mi herencia.




[1] Leopoldo Abadía.

viernes, 23 de agosto de 2013

Las ventanas rotas: lo que la psicología social puede aportar a la vida cotidiana


A estas alturas, apareciendo a diario en los noticiarios casos de corrupción y desfachatez cada vez mayores, llevamos algún tiempo preguntándonos cómo hemos llegado a tal punto de corrupción. La respuesta la hubiésemos conocido antes (y por tanto, también la solución) si entre nuestros políticos existiese un mínimo de formación en ciencias sociales como la sociología o la psicología.

En 1969, Phillip Zimbardo, profesor de la Universidad de Stanford, llevó a cabo un experimento que más tarde daría lugar a la "teoría de la ventana rota". El experimento consistió en abandonar dos coches idénticos, en dos barrios diferentes: Uno en el Bronx, (zona pobre y conflictiva de NY) y el otro en Palo Alto, (zona rica y tranquila de California). Los investigadores observaron que el automóvil abandonado en el Bronx comenzó a ser desvalijado en pocas horas. Robaron las llantas, el motor, los espejos, la radio, etc. Mientras, el coche abandonado en Palo Alto se mantuvo intacto. En un principio se atribuyó esta diferencia en las conductas a la pobreza. Sin embargo, Zimbardo continuó el experimento. Para ello se rompió el cristal de una de las ventanas del coche de Palo Alto. Al poco tiempo el coche sufrió de un vandalismo similar al del Bronx. La conclusión fue que la conducta delictiva no era efecto de la pobreza, sino de factores psicosociales: El abandono es interpretado como señal de deterioro, desinterés, relajamiento de las normas sociales y de permisividad.

Este experimento dio lugar a otros que confirmaron la idea. En especial el que llevaron a cabo Wilson y Kelling (que propusieron la "teoría de las ventanas rotas"). Estos autores utilizaron un edificio abandonado y rompieron una ventana. El resultado fue que se produjo una escalada de ventanas rotas en ese edificio (que hasta el momento no había sido objeto de vandalismo). La conclusión, una vez más, es que el descuido, la permisividad, la suciedad, el abandono propician el delito. SI SE ROMPE EL CRISTAL DE UNA VENTANA Y NO SE REPARA LO ANTES POSIBLE, PRONTO SE ROMPERAN EL RESTO DE VENTANAS.

Durante años, en España se han ido "rompiendo ventanas" sin que los responsables las arreglasen rápidamente dando la sensación de que "no pasaba nada", que "todo el mundo hacía lo mismo" (y si no lo hacía era porque no podía o era tonto). No sólo se "rompían ventanas", sino que se banalizaba el hecho de hacerlo. No ha sido infrecuente que aquellos sujetos que habían estafado, malversado o robado valiéndose de su posición, aparecieran en los platós de televisión, pero no para ser recriminados por sus acciones, sino tratados en tono jocoso o, incluso, como ejemplos a imitar, como referentes sociales (permitiéndose el lujo de cantar, contar sus delitos, escribir libros o ser contratados por grandes empresas). Esta actitud/respuesta supone otra contradicción con lo aprendido por las ciencias del comportamiento humano: el modelado o parendizaje vicario, es decir, que se copian aquellas conductas que se ven premiadas en otros.

Los americanos, mucho más pragmáticos que nosotros, aprovecharon lo aprendido con los experimentos citados y lo utilizaron en la década de los 80 para acabar con la inseguridad y la delincuencia de la que era objeto el Metro de NY. Para ello comenzaron combatiendo las acciones que suponían pequeñas violaciones de la ley (graffitis, ebriedad, impago del billete, suciedad...), es decir, "repararon las ventanas" y con ello dieron el mensaje de "tolerancia cero". Hoy en día el metro de NY es una zona segura. No se trata de convertirse en una sociedad judicializada, de "un gran hermano" o de coartar las libertades sociales; simplemente significa hacer cumplir las leyes. Si no, ¿para qué las creamos? Una ley que no se hace cumplir, es contraproducente ya que da la sensación de que las demás también pueden transgredirse.

Es cuestión de huir de demagogias, de no tener miedo de perder la imagen de benevolente, de compadreo y hacer aquello para lo que le pagan a cada uno: su responsabilidad que, al final, es lo que demanda la sociedad.

El sistema debe experimentar un cambio radical. Pero ello no sucederá por inercia, no podemos sentarnos a la puerta en espera de que ocurra, porque el sistema somos nosotros. No un peligroso "nosotros" anónimo, de masa, que acaba amparándose en ese anonimato para realizar actos de los que creen no son capaces, sino una suma de "yo" responsables y lógicos. Es necesario tomar medidas para establecer (que no reestablecer) un sistema de valores, sin que por ello se tache con adjetivos caducos. Los valores son la base de la norma social y los valores se aprenden e interiorizan (nos autorrefuerzan) por observación de los demás (del grupo de iguales y del de referencia).

Eludiendo a John F. Kennedy es el momento de preguntarse qué podemos hacer por nuestro país ("Ask not what your country can do for you; ask what you can do for your country"), es el momento que "repudiemos" a los estafadores, malversadores, que hagamos que se avergüencen de hacerlo y aplaudamos a aquellos que han sabido mostrar y mantenerse con una conducta de honradez y trabajo.

Es hora de volver a introducir la cultura del esfuerzo en una democracia que nunca debe perderse, en esa democracia que las figuras de la transición supieron ganar.

Algunos de los valores que más necesita esta sociedad se encuentran bajo un concepto indispensable, el de inteligencia moral que engloba la integridad, la responsabilidad, el interés por los demás y la tolerancia. El gobernante, el alto cargo, el ejecutivo que hace suyos estos valores actuará de forma intachable. Podrá equivocarse, pero no lo hará porque haya buscado su beneficio, sino el de los demás.

Esta organización que llamamos país (algunos nación, otros patria) precisa de técnicos con inteligencia moral, es decir, personas que sepan, quieran y puedan dar soluciones libres de réditos políticos y aceptadas por la procedencia más que por la eficacia.

Publicado en http://www.luzdemelilla.es/index.php/semanario-la-luz/opinion-luz-de-melilla/item/1749-juan-manuel-cventanas





sábado, 10 de agosto de 2013

ESOS JEFES QUE LO SABEN TODO

Cuando comienzo un  curso sobre intervención en catástrofes, siempre empiezo gastando una broma al alumnado: pregunto si entre ellos se encuentra el delegado del gobierno. Ante la incertidumbre causada, sigo preguntando por el consejero de seguridad ciudadana, el director general de protección civil… siempre obtengo la misma respuesta: “ni están, ni se les espera”.
Esto mismo me ha ocurrido con un curso reciente sobre “medidas para evitar los conatos de violencia en el ámbito sanitario”: ¿el director provincial del INGESA?, ¿el gerente del hospital?, ¿el jefe de servicio de urgencia? Idéntico resultado. El auditorio está formado por personal de base (parece ser que los demás cargos ya saben todo del tema).
Acabado estas preguntas comienzo el curso. En el trascurso del mismo vamos descubriendo que muchas de las medidas “realmente eficaces” para paliar esos conatos violentos requieren de la intervención/toma de decisiones de alguno de los personajes/puestos ausentes.
La formación , qué duda cabe, es necesaria, pero supone, en el mejor de los casos una prevención terciaria, una dotación de armamento cuando la guerra ya ha comenzado, la administración de medicamento cuando ya se hace evidente la enfermedad.
Todo ello supone de una gran inversión (económica-temporal) para unos resultados dudosos (dependerá de las habilidades del formador, del carácter práctico-aplicable del contenido, de la voluntad-motivación del alumno…).
Desde mi doble rol de consultor/formador me atrevo a proponer algunas medidas alternativas que deberían adoptarse para eliminar/disminuir esos actos de agresividad de los usuarios. Pero antes me permitirán describir una situación vivida recientemente (estoy seguro que muchos se sentirán identificados experimentando un dejá vu).
«Un familiar es ingresado por urgencias, dentro lleva media hora. Tú, prudente, esperas en la sala al uso (mientras otros familiares de otros enfermos permanecen en el hall donde un cartel advierte “NO permanecer en este lugar”.
¿Cómo estará mi familiar?- es la pregunta que te haces constantemente. Te acercas a recepción: hay 5 auxiliares/celador@s más un/a administrativ@, sentados, charlando. Apenas si se fijan en ti. Te mueves, toses, ¿seré invisible?. Sigues sin saber nada de tu familiar enfermo.
Se monta un revuelo en el interior, en ese momento se abre la puerta corredera. La gente se asoma: Parece ser que una enferma que esperaba a ser atendida se ha desmayado. La recogen del suelo otros enfermos.
No sabes si debes seguir esperando, si puedes irte a comer (son las 16 hs), si tu familiar será ingresado (en ese caso hay que organizar turnos de vela/acompañamiento en planta), si está en observación o si lo van a sacar en silla de ruedas y dejarlo en el citado hall con el impreso de alta en las manos.
Cada vez que se abre la puerta de acceso a los box los familiares hacen amago para entrar o echar una ojeada (por si encuentran a su enfermo en alguna camilla o caída en el suelo). Junto a la puerta, bajo el letrero de “NO obstruya el cierre de la puerta” un avispado coloca el pie con disimulo, así que la puerta hace intentos fallidos de cerrarse. El avispado presenta una sonrisa burlona de que-listo-soy.
Finalmente, un poco por tu estado interno y un poco por contagio del estado agitado de otros, te acercas al administrativo que no te mira parapetado tras el cristal que te obliga a agacharte para hablar por la rendija (o al micrófono) y empiezas a perder los papeles. Es aquí cuando lo aprendido en el curso podría ser útil (habilidades de comunicación).»
Pero rebobinemos: 5 minutos después de entrar en urgencias tu familiar un/a celador/a; auxiliar de clínica, ATS o médico o un personal ad hoc (v.g. psicólogo) sale a la sala de espera y, ya en ella, pregunta por los familiares del enfermo. Una vez identificados, los aparta hasta un lugar más privado, informa de lo que se va a hacer al enfermo.
De forma paralela el jefe del servicio prohíbe que 5 auxiliares/celador@s más un/a administrativ@ estén sentados/semitumbados en los sillones de la recepción a la vista de los usuarios mientras charlan alegremente.
Previamente, el gerente del hospital crea un “círculo de calidad” (como gerente conocerá esta y otras técnicas) para conocer propuestas  desde distintos niveles.

Y si todo esto no es suficiente, proponga un curso… al que asistan el gerente, el director, …

viernes, 7 de junio de 2013

Estimado hijo, un libro hecho de retales de emoción

Me permitiréis que use mi blog para "hacer publicidad" de mi último libro, creado junto a mi mujer y escrito junto a muchos amigos, padres e hijos.

"Estimado hijo: lo he hecho lo mejor que he sabido" es una obra que acerca a padres e hijos adolescentes. Plantea las ideas que todos los padres quieren decir a sus hijos pero no saben o no se atreven a plasmar en palabras. Los autores nos hacen reflexionar sobre cómo hacer que nuestros hijos entiendan qué hay detrás de nuestros consejos, de nuestras negativas y de nuestros enfados.
Intenta, en definitiva, ayudar a mejorar la relación entre los padres y sus hijos adolescentes. En la obra se presentan cartas escritas por los padres como una vía de comunicación con los hijos. En ellas se plasman las preocupaciones y los deseos que todos tenemos como padres. También los adolescentes escriben cartas a sus padres y a través de ellas se puede entrever ese complicado mundo en el que los hijos se encuentran en esa etapa de su vida. Los autores nos hacen ver que la comunicación de nuestras preocupaciones por escrito, a través de cartas o utilizando cualquier otra herramienta de las que nos proporcionan las nuevas tecnologías, puede facilitar un acercamiento y evitar el enfrentamiento.

Os dejo algunas perlitas que podéis encontrar en la lectura de este libro:
...está visto que tú y yo hemos de recurrir al género epistolar para poder hablarnos de forma serena y sincera

...una madre nunca puede interferir en que un hijo viva su primer amor

...Tenía un poco de marino y guardaba, de los hombres de mar, ese inconfundible aroma a sal, a viento y a tristeza.

Me perderé la noticia, adivinada quizá, porque hay cosas que no han de explicarse, del primer beso de amor, del primer susurro y el tiempo interminable y hermoso de los suspiros.

...Pero lo que más me encanta y me seguirá encantando el resto de mi vida, es poder ir a sus camas cuando están dormidos (¡o se hacen!), poder abrigarlos y darles un beso. Y por la mañana observar que aún siguen ahí.

"Amor-exia”. Es la lucha constante entre el amor que sientes por el hijo y el odio que genera la patología.

“no hace falta que tenga un hijo,  yo valoro mucho todo lo que mi madre hizo por mí”.

...las cosas no son tan fáciles; cada cultura y cada religión tiene sus costumbres desde hace tiempo

Mientras, estruja las horas, exprímelas hasta el hueso,
Y luego absorbe salvaje hasta el tuétano.

No me da pudor reconocer que, en ocasiones, a lo largo de este tiempo, tuve miedo; ninguno nacisteis con un manual de instrucciones  en vuestras manos,

...si se me permite elegir, lo único que quiero realmente que recordéis es que os he querido con la perfección que jamás quise a nadie

A pesar del tiempo transcurrido, tiembla aun mi mano y  en mi corazón no ha cicatrizado la herida que le produjo tu partida definitiva

... es un día cualquiera, salvo porque hoy voy a hacer algo que, ahora que me paro a pensarlo, creo que no he hecho nunca: VOY A DAROS LAS GRACIAS.

Mis padres y yo nos queremos, nos respetamos, tenemos una relación fantástica. Pero esto no siempre ha sido así.

Y tan sólo comprendo
que en esa figura
se encierra un amor
que durará, y dura.

Y ahora te das cuenta, ahora lo entiendes,… quizás haya que pasar por lo anterior para llegar a lo que tienes hoy.

Espero que esta reflexión pueda servir para que los adolescentes actuales –y sus padres- se apliquen el cuento y sepan a qué atenerse.

Grandes hormigas que habéis cuidado de vuestro hormiguero muy bien. Y no os preocupéis por esta medio cigarra – medio hormiga, porque cada vez es más hormiga.

Me dejas tanto, papá, que no puedo más que saberme un hombre con suerte





jueves, 6 de junio de 2013

CONFUCIO MÁS ACTUAL QUE NUNCA

Si un día, al poner la radio, en la emisora sintonizada, están hablando de que ante la situación de corrupción entre los políticos y una ola de separatismo, se alzan voces proponiendo la educación para todos y la necesidad de que los gobernantes sean moralmente intachables y se conviertan en ejemplo para su pueblo, seguramente pensaría que el debate versa sobre la situación actual de occidente. Sin embargo, esa era la situación de la China del siglo IV a. C. y el ciudadano, que proponía la educación moral universal, era Confucio.
Da "algo" de pesimismo percatarse de lo poco o nada que hemos avanzado. Pero ahí no queda la cosa pues hay que añadir que, salvo durante un corto periodo de tiempo, Confucio fue rechazado por los políticos/señores de su tiempo. Y eso a pesar de que durante el tiempo que fue ministro consiguió que el territorio del príncipe para el que trabajaba (Lu) floreciera y se enriqueciera... pero, eso ya se sabe, suele ser motivo de envidia y censura, más que de ejemplo. De su vida se aprende una deprimente lección: Si tu lucha es el bien, la educación y la justicia, triunfarás... pero sólo cuando hayas muerto.
Afortunadamente, o como consuelo, queda que el nombre de los príncipes que lo rechazaron han quedado para una historia secundaria, mientras que el nombre de Confucio ha permanecido para el que quiera recordarlo.
Supongo que, al igual que le ocurrió a este maestro, en nuestra sociedad fracasará cualquier erudito que hoy intente introducir algo de cordura y honradez entre nuestra clase política.
Por tradición oral familiar me llegó una historia que ilustra nuestra forma de ser (la del ser humano) y que puede servir de apoyo a lo contado anteriormente: Decía mi abuelo que un día paseando junto a la Plaza de Toros de su querida tierra natal, Zaragoza, había visto como mientras la muchedumbre vitoreaba y sacaba en hombros a un famoso torero, por la misma acera paseaba un anciano con bastón que se retiró para dejar paso y al que nadie reconoció: era D. Santiago Ramón y Cajal

Pero, advierto, para los que estén pensando que tengo razón al cargar las tintas sobre los políticos, que en este desastre TODOS tenemos nuestra parcela de culpa. Y lo digo hoy, día 4 de junio de 2013, un día después de que la gran noticia en los noticieros nacionales de ayer fuese que Neyma, un futbolista de 21 años, haya sido fichado por 57 millones de euros y presentado ante 57.000 espectadores que no dudarán en gastarse sus ahorros en una camiseta o la entrada a un partido: "Pan y circo".