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jueves, 21 de agosto de 2014

SOMOS LO QUE LEEMOS

Somos lo que comemos”  suele decirse, pero yo no estoy de acuerdo. “Somos lo que hemos leído” o, al menos, era así cuando se tenía la costumbre de leer, de abrir un libro de papel y subrayar sus páginas, cerrarlo con la misma pesadumbre con la que se despide a un amigo. Cuando un libro era un tesoro, un bien preciado que guardábamos en NUESTRA  biblioteca, “disco duro” de nuestro cerebro, para visitarlo de vez en cuando.
Hablo de un tiempo en el que pocas novelas se pasaban a película (“¿para qué voy a leer El niño del pijama de rayas, si está la película?”) y cuando reuníamos algún “dinerillo” íbamos a la Librería Mateo esperando que algún libro TE eligiera.
Nos sentíamos orgullosos de comentar el último libro leído porque ello decía mucho de cómo éramos y, si se hacía un recorrido por lo que otra persona había leído, podíamos adivinar (deducir)  sus valores, su gustos, sus aspiraciones.
Yo pasé parte de la infancia “viendo” (que no leyendo) Hazañas Bélicas que mi hermano coleccionaba y con los que, reconoce, aprendió mucha historia.
Esa pseudolectura la compaginé con los cuentos clásicos que siempre dejaban una moraleja. Mira por donde, hoy, algunos autores, usan cuentos como terapia.
Pasé de los cuentos a las historias de Asterix y Obelix y las peripecias del inmejorable Tintín con el que tantos aprendimos a amar la aventura y los viajes.
No sería quien soy sin haberme empapado de Julio Verne con el que bajé al centro de la tierra y despegué hacia la luna, pero, sobre todo, surqué 20.000 leguas por el fondo de los mares. Sin él, no hubiese sentido esa pasión por el buceo.
Durante mi adolescencia-juventud fueron cayendo en mis manos, o mejor, me encontraron, me eligieron, varios libros que incorporé a mi forma de ser. Robinson Crusoe fue uno de ellos. Aunque luego leí que Defoe simbolizaba el colonialismo, del hombre perfecto y de la moral suprema, para mí fue sólo una aventura un modelo de hombre a quien imitar queriendo res autosuficiente y amando la naturaleza.
Cuando viajaba, siempre acababa en la sección de ofertas literarias del Corte Inglés. Allí, en un viaje de estudio, me esperaba Siddhartha. Sin duda una de las lecturas que más me han marcado. Creo que llegó en el momento (la edad) propicio. Me cambió, me maduró. Descubrí que lo que fuera, tendría que descubrirlo por mí mismo y que, por tanto, yo sería el responsable de lo aprendido y, sobre todo, de lo que desaprovechara. Lo intenté con otras lecturas de Hess… pero ya no fue lo mismo.
No me avergüenza admitir que, de forma paralela, en mi adolescencia leí repetidas veces (cada vez que me dejaba una novia) Love Story.
Después pasé a Heminway. En ¿Por quién doblan las campana?, descubrí que tras la GRAN historia que te enseñaban en el colegio/instituto, se escondía una historia íntima, pequeña y más real. También descubrí que era necesario que hubiese alguien que recogiera y contara estas pequeñas historias.
En mis primeros años de carrera me hice con “La Ciudadela”. Cronin me enseñó el modelo de profesional que quería ser o, al menos, al que quería parecerme (el de referencia), al que debía perseguir. Por esas fechas también leí un libro del que todavía recuerdo frases. Una Oriana Fallaci, dura, reflexiva, objetiva, nos presentaba en "Nada y así sea" la guerra de Vietnam desde una perspectiva humana, lejos de lo que, en aquellos tiempos, nos había mostrado el cine.
A lo largo de los años he ido leyendo otros libros, cada vez más profesionales, más técnicos. El número de lecturas al año ha ido menguando por falta de tiempo y “como la van a poner en la Tele…”.
Si queréis conocerme, mirad en mis estanterías. Una advertencia, a más usado, subrayado, deteriorado que esté el libro, más es parte de mí.
¿Qué libros eres tú?.



miércoles, 13 de agosto de 2014

Plan de autoprotección ante terremotos II

En mi anterior entrada sobre el tema intenté crear expectación y una respuesta activa (búsqueda de información y respuesta a las cuestiones propuestas). Ahora doy algunas respuestas a las interrogantes planteadas. Pero es de suma importancia que se lleven a cabo las recomendaciones.
Lo primero que debe saber es que un terremoto es un acontecimiento no predecible, así que no haga caso a los profanos en la materia que usan las redes sociales para predecir y alarmar.
RECOMENDACIONES ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DE UN TERREMOTO
Desarrolle una conciencia de autoprotección-prevención para protegerse en todo tiempo y lugar (teatros, estadios, cines, restaurantes, centros comerciales, iglesias, grandes tiendas, salones, entre otras). Estudie el área minuciosamente para determinar dónde se protegerá en caso de ocurrir un terremoto y dónde se encuentran las salidas de emergencias, así como los medios de protección (extintores, mangueras, puertas antiincendios).
ANTES:
Conozca cuáles son las zonas más seguras de cada habitación de su casa o del lugar de trabajo.
Prepare un pequeño botiquín, una linterna, un silbato…. Y téngalo ubicado n un lugar conocido y lo más accesible (sería recomendable tener este material en cada habitación y cerca de la cama).
Comente todos los aspectos de este documento con su familia y, si es posible, con sus vecinos. Cuantos más sepan autoprotegerse, mayos será la protección colectiva.
Localice las llaves de paso y pruebe a cerrarlas. Haga lo mismo con el cuadro de electricidad y con la llave del gas (no está demás que se los enseñe al resto de miembros familiares. Haga los mismo en su lugar de trabajo.
Localice los extintores de su edificio y, si le es posible, aprenda a utilizarlos.
DURANTE:
Protéjase de cualquier objeto que le pueda golpear o cortar al caer (para ello sírvase de objetos como bandejas, carteras, un libro grande para poner sobre la cabeza y/o desplácese a la zona más segura de su habitación que ya eligió en el periodo previo al terremoto.
Ubíquese debajo de mesas, escritorios, camas, o resguárdese en un lugar resistente de la edificación. También se habla del “triángulo de la vida” son espacios junto a la mesa, respaldo del sofá, lado de la cama… donde se permanece en posición fetal. En caso de caída de planchas del techo, el objeto que tenemos a nuestro lado se convertiría en un lado de un triangulo formado por el objeto, el suelo y la plancha. Esta zona quedaría libre y te permitiría sobrevivir.
Aléjese de ventanas, espejos, vitrinas y puertas de vidrio.
Si el edificio es de varios pisos colóquese contra una pared interior y protéjase la cabeza con los brazos. Alejase de los balcones. Y utilice el lugar más seguro para su autoprotección.
DESPUÉS:
Sólo use las escaleras, porque puede quedar atrapado en los ascensores.
Aléjese de edificaciones, paredes, postes, árboles, cables eléctricos y otros elementos que puedan caer, también del mar porque pueden ocurrir grandes marejadas.
Cuando salga del edificio, aléjese de él y busque una zona diáfana. Antes de salir del edificio cerciórese de que no están cayendo cascotes. Después de salir del edificio, no vuelva a entrar por ningún motivo.
Si está en su vehículo deténgalo inmediatamente permaneciendo en él, lo mismo si está en un vehículo lleno de pasajeros.
Interrumpa los servicios de gas, agua y electricidad (los habrá localizado previamente).
No encienda fósforos, velas ni mecheros, porque de haber ruptura de la tubería de gas puede provocar una explosión. Si se producen incendios apáguelos si no ponen en peligro su vida ni la de ningún miembro de su familia. Para ello use los extintores y/o mangueras disponibles. Si no cuenta con ellos, use algún “medio de fortuna” como una manta o sábana mojada, cubo con agua, arena…
Encienda la radio de baterías para escuchar las recomendaciones de las autoridades y no haga caso de todo lo que le llega por las redes sociales o por el boca a boca.


Si tiene que andar sobre los escombros preste atención a lo que pisa y tenga cuidado al moverlos porque pueden estar soportando estructuras que se pueden caer.

lunes, 11 de agosto de 2014

Plan de autoprotección ante terremotos

Como muchos sabréis soy miembro del GIPEC de Melilla (Grupo de Apoyo Psicológico en Emergencias y Catástrofes). Desde este grupo abogamos por la cultura de la autoprotección. Por ello os presento unas cuestiones sobre las que debéis reflexionar y realizar algunas acciones (ponerla en práctica, buscar información, etc...) que, llegado el caso, os pueden salvar la vida.

Tómate las preguntas como un autocheking y, si no sabes la respuesta o no cuentas con lo que se sugiere, corrígelo y hazlo. 

PLAN DE AUTOPROTECCIÓN ANTE TERREMOTOS.
En caso de que se produzca un terremoto, ¿Cuál crees que es el lugar más seguro en tu casa/en tu trabajo?

¿Tienes un botiquín en tu casa/en tu trabajo?, ¿Dónde está?

¿Tienes linterna en tu casa/en tu trabajo?, ¿Dónde está?

¿Tienes una radio de pilas en casa?

¿Sabes dónde están situados los extintores en tu edificio/tu trabajo?, ¿Sabes utilizarlos?, ¿Lo has utilizado alguna vez?

Haz una lista de los objetos pesados que hay, por ejemplo, en tu salón y determina si podrían ser peligrosos en caso de terremoto.

Localiza las llaves de paso del agua, del gas y el cuadro de conmutadores de la electricidad en tu casa/en tu trabajo. Anótalo.

¿Sabes las profesiones /habilidades de tus vecinos?, ¿Hay algún médico, bombero, etc.?

¿Tienes a mano el número de teléfono del hospital, centro de salud, colegio/guardería (en caso de tener hijos), centro de trabajo de tu pareja…?

Propón un lugar en cada habitación de tu casa y en el puesto de trabajo dónde protegerte de objetos que puedan golpearte.

En caso de posible tsunami en su ciudad, ¿está tu casa/trabajo en zona de riesgo de inundación?, ¿qué zona de la ciudad sería la más segura n ese caso?


Propón a tus familiares un lugar de encuentro en caso de terremoto que sea seguro ante derrumbamiento y/o réplicas.